La otra economía » 2010 » June

Notas archivadas en ''

Morir sin biografía, de Santiago Alba Rico

En este cálido día de junio, en el que el verano vuelve hacer amago de presentarse para quedarse de una vez por todas, creo que es buen momento para dedicarle unos minutos al texto que mi amigo Santiago Alba escribía hace unos días y en donde se mezclan, con sensibilidad e inteligencia, poesía y filosofía. Podéis leerlo pinchando aquí.

(La foto es mía por las calles de Sidi Bou Said).

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Descansa en paz, Saramago

Hoy ha muerto José Saramago y nos hemos quedado un poco más ciegos. He revisado los libros que tengo de él y no están los tres o cuatro últimos que escribió. Desde el “Ensayo sobre la ceguera” sus fábulas se fueron volviendo demasiado evidentes para mi gusto y dejaron de atraparme a excepción, quizás, de “La Caverna”. Poco a poco perdí el gusto por sus historias aunque no por sus artículos; en ellos defendía unas posturas que eran siempre referentes éticos ineludibles para cualquiera que aspire a la emancipación humana en estos tiempos sin referencias.

Pero, además, debo agradecerle el que me despertara el interés por otros autores portugueses. Así, gracias a él, descubrí al atormentado y tormentoso Lobo Antunes, cuya intensidad resulta sobrecogedora y su prosa deslumbrante, arriesgada y sin concesiones al lector; o devoré al clásico Eça de Queirós, al que Borges consideraba uno de los más grandes escritores de la historia y así lo demuestra, por ejemplo, en “El crimen del Padre Amaro”.

Hace ya dos años (cómo pasa el tiempo), dejaba en este cuaderno un cuento para niños de José Saramago, “A Floir Màis Grande do Mundo”. Creo que, como humilde homenaje, no estaría mal volver a ver el corto animado, deleitarse con su música y la voz del propio autor y, seguidamente, leer el cuento. Seguro que José, donde quiera que esté, se alegrará.

Donde dije digo ahora digo Rodrigo

Hay gente de memoria tan frágil o de cinismo tan elevado que son capaces de decir una cosa y hacer la contraria sin que medie entre la declaración y la acción apenas seis meses.

Y no me estoy refiriendo a alguien cuyas declaraciones o decisiones pudieran ser tan irrelevantes social y económicamente como las mías. No. Me estoy refiriendo a un ex vicepresidente del gobierno, ex ministro de Hacienda, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional y actual presidente de una de las principales cajas de ahorros del país, Caja Madrid. Me estoy refiriendo a Rodrigo de Rato y Figaredo.

Y es que Rato hace apenas unos meses dirigió un comité de “independientes” pagado por Unespa (la asociación empresarial de aseguradoras, mire usted por dónde) en donde se concluía -y entendemos que él mismo suscribía-, entre otras cosas:

a) que el sistema español de pensiones dejará de ser viable en 2022 si no se acomete cuanto antes una reforma;

b) que se debe tratar de prolongar la vida laboral efectiva de los españoles y que el principal camino para hacerlo era eliminar las prejubilaciones masivas;

c) que esas prejubilaciones utilizan el sistema al sistema público de pensiones para ajustar el mercado laboral y para sacar del sistema de empleo a personas a partir de los 50 años;

d) que no tiene sentido que el erario público subvencione las prejubilaciones y que, en su opinión, debería ser al contrario, es decir, que las ayudas se dedicaran a que los empleados de mayor edad permanecieran más tiempo trabajando;

e) y, ya de paso, aprovechaban para pedir que se alargue la vida laboral, elevando la edad legal de jubilación, y que se considerara toda la vida laboral para el cálculo de las pensiones.

Pues bien, se ve que lo que entonces Rodrigo de Rato, en tanto que director de este grupo de trabajo, entendía por bueno para la viabilidad del sistema de pensiones (otra cosa es que lo sea y a otras propuestas me remito), ya no lo es tanto cuando de aplicarlo en carne propia se trata.

Basta con ver como tras el acuerdo de fusión de Caja Madrid y Bancaja, Rato ha anunciado que se van a prejubilar a 3.400 personas.

A eso se le llama coherencia en el manejo de doble discurso que tan caro resulta a estos liberales de pacotilla cuya único compromiso es con su cartera y nunca con las ideas de las que tanto se llenan la boca. Porque si al menos fueran coherentes con las ideas merecerían respeto pero cuando tan sólo se es coherente con los intereses el único merecimiento al que optan es al oprobio.

Rato debería saber que uno no debería ser liberal cuando la banca obtiene beneficios y luego apelar al Estado, al que tanto se ha denostado, cuando aparecen las pérdidas; que uno no debe defender la ampliación de la edad de jubilación y luego, cuando toca ponerlo en práctica en la empresa que dirige, recurrir a las prejubilaciones; que uno no debe criticar las subvenciones y transferencias para la economía productiva o los desempleados y luego demandar 4.465 millones de euros para acometer una fusión que, de no producirse, habría acabado con la quiebra de Caja Madrid.

Son socialistas como Rodrigo de Rato los que están a punto de acabar con el capitalismo. Qué paradoja, ¿no?

Una moderación salarial bien entendida

Como España va bien y el extranjero no veas, los consejeros de las grandes empresas españolas que cotizan en el IBEX se subieron el sueldo en 2009 un 14% respecto al año anterior. De manera que, por término medio, un consejero de alguna de esas empresas vino a cobrar el año pasado en torno a 699.000 euros, céntimo arriba céntimo abajo.

¿Quién dijo crisis? Crisis es lo que padecemos tú y yo. Lo que sufre esta gente tiene otro nombre y no es tan malo como lo nuestro. O, por lo menos, a mí no me lo parece.

Pues ahora nos quedamos…

Mire usted por dónde que los estadounidenses, que andaban pensando en cómo retirarse de Afganistán sin que se notara mucho a partir de mediados del próximo año, han encontrado un argumento de peso para seguir un poco más tratando de “consolidar” la democracia en el país: más de un billón de dólares es el valor aproximado de los minerales que acaban de ser descubiertos en suelo afgano por el Instituto Geológico de Estados Unidos que, cosas de la vida, mientras caían bombas a diestro y siniestro se ha dedicado a explorar el subsuelo afgano. Imagino que ante tanto boquete abierto se les debía de hacer irresistible mirar a ver si había algo dentro, ¿no?

Pues bien, ahora Afganistán puede convertirse en uno de los principales enclaves mineros del mundo y, evidentemente, los propios estadounidenses se han lanzado a advertir de lo bien que le vendrá al país ese potencial billón de dólares habida cuenta de que el PIB afgano, en estos momentos, es apenas de 12 mil millones de dólares anuales.

Eso sí, advierten de que ante los niveles de corrupción del gobierno –cuyo presidente debe su cargo al beneplácito de los EEUU- y dada la escasez de infraestructuras del país para la extracción y explotación de minerales –cosa que no es de extrañar habida cuenta de que bastante tienen con excavar para protegerse de los bombardeos-, tal vez fuera bueno sacar a licitación la explotación de los recursos.

Tal es así que desde el Pentágono se han demandado los servicios de empresas internacionales expertas en la redacción de contratos mineros para que vayan a echarle una mano al ministro de Minas afgano porque se ve que el hombre debe andar desbordado ante la situación. Imagínense: de repente, de la noche a la mañana, se levanta como ministro de unas reservas de cobre y hierro que sitúan al país entre los principales productores mundiales; con unas reservas de litio que pueden ser superiores a las de Bolivia, el principal productor mundial; y con reservas de niobio, un raro mineral fundamental para la producción de superconductores. ¿Es o no para estar agobiado y necesitar que el Pentágono te eche una mano?

En fin, que ya pueden ir esperando sentados los afganos a que, primero, se marchen las tropas estadounidenses, y segundo, a que la riqueza que yace en su subsuelo permita alguna vez revertir las condiciones de vida de una de las poblaciones más pobres del planeta.

 

Así se habla

Daniel Cohn Bendit fue un popular líder estudiantil durante el mayo de 68 francés que, al parecer, aún no ha perdido la dignidad ni su esperanza en un mundo mejor a pesar de sus muchos años en la arena política. Es lo que se deduce de la intensidad con la que critica la actuación de Europa y sus gobiernos en la crisis griega.

Alberto Montero