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Inmigrados-solución e inmigrados-problema

La polémica existente en Italia en torno al proyecto de convertir la inmigración ilegal en delito está contribuyendo a poner crudamente sobre la mesa los términos del debate sobre esa cuestión y la filosofía utilitarista que domina los planteamientos al respecto de nuestros representantes políticos.

La ministra de Igualdad de Oportunidades italiana, Mara Carfagna, planteó con claridad cómo debe abordarse el fenómeno de la inmigración en Italia y, de paso, cómo se aborda en muchos otros países, incluido el nuestro.

En su opinión, “saber distinguir entre inmigrados-solución e inmigrados-problema es obligatorio para quien quiere garantizar la seguridad de los ciudadanos sin perder de vista el valor de la solidaridad”.

O sea, son inmigrados-solución los que permiten cubrir los huecos de los raquíticos Estados de bienestar mediterráneos contribuyendo al mantenimiento de una red de solidaridad social basada en la familia mediante su trabajo clandestino como asistentes domésticos o cuidando de ancianos y niños. O son inmigrados-solución los que, en condiciones de explotación y, generalmente, de ilegalidad, realizan los trabajos más duros e ingratos, aquéllos que los ciudadanos europeos ya no quieren realizar pero que alguien debe de hacer.

Por su parte, son inmigrados-problema todos aquellos que, cuando llega la crisis, son los primeros en perder su trabajo y andan deambulando sin derechos ni prestaciones sociales a la búsqueda de alguna forma de ganarse la vida.

Quien ayer fue parte de la solución, mañana se convierte en el problema. Y, para cuando eso llegue, el gobierno italiano y la mayor parte de los gobiernos europeos quieren tener la pierna preparada para darles la patada. Ni más, ni menos.

9 comentarios a “Inmigrados-solución e inmigrados-problema”

  1. Exactamente, por desgracia así es. Pero lo más triste no es que el gobierno italiano o los gobiernos europeos quieran estar preparados, sino darse cuenta de que la mayoría de italianos o europeos(que han votado a esos gobiernos conociendo sus planes sobre inmigración) quieren estar preparados.

  2. Así es, ni más ni menos. Hace un par de días, pasaba por al lado de un lugar donde estaban haciendo una obra y la persona que iba a mi lado comentó (fijándose en que la mayoría de los trabajadores eran personas de otro país): “al menos, mientras estén ahí, tienen trabajo”.
    En fin, así es como les tratamos: mano de obra baratita para cuando se necesita, y cuando no… he ahí el problema, que los países europeos quieren resolver con la patada en el culo.

  3. Lo que no concuerda mucho con la lógica neoliberal es meterlos en la cárcel, lo “lógico” sería mandalos a su país en avión ¿no? en la medida en que encarcelarlos genera más costes y es por lo tanto menos eficiente… A no ser que la xenofobia pueda ser convertida en un negocio. He buscado información al respecto aunque no la he encontrado en relacióna Italia, de todas formas recomiendo ver un documental sobre el negocio de las cárceles privadas en EEUU, el cual ha sido desarrollado gracias al endurecimiento de las leyes antidroga. En Francia ya hay cárceles de gestión privada, ya digo que sobre Italia no tengo aún información, pero.. neofascistas+mafiosos+empresarios de la peor calaña controlando el aparato del estado….. la combinación perfecta para hacer del “problema” un negocio.

    El documental es este:
    http://www.tu.tv/videos/el-negocio-de-las-carceles

  4. Estimado J. Clavero

    No se les encierra en cárceles, se les confina en centros de internamiento en tanto se procede a su repatriación. Lo que ocurre es que se alarga el plazo de confinamiento hasta los 18 meses y el confinamiento se realiza sin que medie la orden de un juez, simplemente a través de un trámite administrativo.
    Después de encerrarlos, queda la deportación.

    Un saludo

  5. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7414000/7414005.stm
    http://www.publico.es/internacional/101330/italia/inmigrantes/prision/berlusconi

  6. 04/06/2008 | Actualizada a las 16:53h

    Roma. (EFE).- El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, afirmó que no ha dado “marcha atrás” sobre la intención de su Gobierno de tipificar como delito la inmigración ilegal, y que su posición contraria a este hecho, expresada ayer, sólo es “una opinión personal”.

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    “Sobre la inmigración no he dado ninguna marcha atrás. He expresado una opinión personal, que ya había mostrado en el Consejo de Ministros”, cuando se aprobó el correspondiente proyecto de ley que ahora debe debatir el Parlamento, aseguró Berlusconi en rueda de prensa tras reunirse con el presidente egipcio, Hosni Mubarak. Según Berlusconi, la prensa ha tergiversado sus palabras, ha actuado “con mala fe”.

    El dirigente explicó su “pensamiento personal” y dijo que una norma que prevea la cárcel, “para, por ejemplo, cuatro mil inmigrantes que entren al día, supone tener muchísimos magistrados capaces de intervenir y otras tantas prisiones para alojarlos”. “Es una cosa que no se puede concretar”, añadió Berlusconi, que reiteró que corresponderá al Parlamento expresarse sobre el proyecto de ley aprobado por el Gobierno y que contempla la introducción del delito de inmigración clandestina.

    Este proyecto de ley, según informaron fuentes del Senado, ha entrado en esa cámara para su debate y contempla que quien entre en Italia de manera ilegal puede ser condenado a una pena de entre seis meses y cuatro años de cárcel, que sería aumentada en un tercio si además el inmigrante irregular ha cometido un delito. Incluye también que los sin papales sean juzgado por la vía rápida y que el juez cuando pronuncie la sentencia ordene la expulsión del extranjero, según las mismas fuentes.

    Silvio Berlusconi dijo ayer que para él la inmigración ilegal “no es un delito, pero sí un agravante” en el caso de que se cometa un delito. “Personalmente creo que no se puede perseguir a alguien por la permanencia irregular en nuestro país, condenándolo con una pena, pero esta puede ser un agravante si comete un delito”, afirmó durante un encuentro con la prensa tras reunirse con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

    Sus palabras fueron bien acogidas por la oposición, mientras que entre sus aliaos, especialmente la Liga Norte, impulsora de la iniciativa, cayó con un jarro de agua fría. Según los “liguistas”, sería un “error considerar la clandestinidad tan sólo un agravante” y aseguraron que con esas palabras Berlusconi “traiciona” al electorado que le votó y que considera la seguridad ciudadana una prioridad. “Uno como presidente del Gobierno no puede firmar un proyecto de ley que prevé una cosa y luego en la misma semana decir lo contrario. Es escandaloso que se tomen compromisos y luego se traicionen “, dijo hoy el liguista Francesco Speroni, mientras que el ministro de Interior, Roberto Maroni, del mismo partido, insistió en que mantendrán la norma.

    Para quitar hierro al enfrentamiento, el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, ministro para las Reformas, dijo que “está seguro” de que al final “encontraremos una línea”. “No hay ninguna pelea dentro de la mayoría (en el poder), basta copiar lo que han hecho en Alemania o en la católica Francia. A nosotros nos basta”, afirmó Bossi.

    En los últimos días, los dirigentes conservadores han visto como la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Louise Arbour, y destacados prelados del Vaticano han criticado duramente la introducción del delito de inmigración ilegal.

  7. Estimado J. Clavero

    Creo que hemos tenido una confusión en el intercambio de comentarios. Yo te respondía teniendo en cuenta la directiva europea y tú te has centrado en Italia. Tienes razón en lo de Italia como yo creo que la tengo en el tema europeo.

    De todas formas, dudo mucho de que en Italia llegue a convertirse en delito la inmigración ilegal.

    Saludos

  8. Tiene usted razón, ha sido una confusión por mi parte, pensé que se refería a Italia. De hecho la hipótesis de la que yo hablaba en mi comentario, es tan sólo eso, ya que aún no tengo información sobre el caso italiano. Lo que yo quería poner de relieve es una simple impresión: la utilización del delito para incorporar nuevos espacios de acumulación y ganancia, bajo el paradigma más seguridad vs menos libertades. La consecuencia es la creación de estados de escepción utilizando diversas amenazas a la “seguridad” como el yihadismo o en este caso la inmigración “ilegal”, creando una ley paralela para determinados segmentos de la población. De momento en la Europa Fortaleza, las fuerzas políticas conservadoras no tienen un discurso único, pero la tendencia en mi opinión va hacia la criminalización del migrante precisamente ahora (en un contexto de crisis económica), tal y como usted indicaba en su comentario, “la mayor parte de los gobiernos europeos quieren tener la pierna preparada para darles la patada.”
    Sobre esa tendencia de la que hablo en relación al inaceptable negocio de las cárceles, aquí dejo varios artículo reveladores:
    http://www.canalsolidario.com/web/noticias/noticia/?id_noticia=5903
    http://www.elpais.com/articulo/ultima/carcel/negocio/elpepiult/20030507elpepiult_1/Tes/
    http://www.elpais.com/articulo/internacional/Inversion/futuro/carceles/privadas/elpepuint/20061218elpepiint_12/Tes
    Sobre la situación italiana:
    http://www.elpais.com/articulo/opinion/Italia/empresarios/miedo/elpepuopi/20080524elpepiopi_13/Tes
    Sobre la criminalización de segmentos de población, en este caso en la Australia del ex-primer ministro John Howard (asumiendo las tesis de guerra preventiva aplicadas a la “seguridad” interna):
    http://www.realinstitutoelcano.org/documentos/274.asp

    Un saludo.

  9. […] que en Italia la discusión se planteaba en torno a los inmigrantes encargados de cubrir las lagunas asiste… y los problemas que generaría su expulsión, en Alemania la diferencia entre ambas categorías de […]

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Alberto Montero